Jacques Barcat
Nano, petite-fille du peintre, à 11 ans (1953)
Huile sur toile collée sur carton
Mon père commandait parfois des portraits de ses enfants. Je me souviens bien des séances de pose pour ce portrait qui est peut-être le seul que mon grand-père ait fait de moi. Je me souviens aussi de la robe que je portais. Il se fâchait souvent car je bougeais beaucoup et, si de plus je venais avec des coiffures et des vêtements différents, il refusait de continuer. Il me dit: "Tu feras savoir à ta grand'mère que si ton papa veut un portrait convenable de toi, elle te coiffe et t'habille toujours de la même façon. Tu ne peux pas venir un jour avec des nattes, l'autre avec une queue de cheval et un autre encore avec les cheveux sur le dos." Il n'a même pas fini le portrait, tellement il était mécontent de son travail et il avait raison. Pauvre grand-père!
Mi padre encargaba a veces retratos de sus hijos. Me acuerdo bien de las sesiones de pose para este retrato que, tal vez, sea el único que mi abuelo haya hecho de mí. Me acuerdo también del vestido que llevaba. Él se enfadaba a menudo porque me movía mucho y, si además venía con peinados y vestidos diferentes, se negaba a continuar. Me dijo: "Harás saber a tu abuela que si tu padre quiere de ti un retrato aceptable, te peine y te vista siempre del mismo modo. No puedes venir un día con trenzas, otro con una cola de caballo, y otro más con el pelo sin recoger." Ni siquiera terminó el retrato, por lo descontento que se sentía de su trabajo y tenía razón. ¡Pobre abuelo!
Nano
Mi padre encargaba a veces retratos de sus hijos. Me acuerdo bien de las sesiones de pose para este retrato que, tal vez, sea el único que mi abuelo haya hecho de mí. Me acuerdo también del vestido que llevaba. Él se enfadaba a menudo porque me movía mucho y, si además venía con peinados y vestidos diferentes, se negaba a continuar. Me dijo: "Harás saber a tu abuela que si tu padre quiere de ti un retrato aceptable, te peine y te vista siempre del mismo modo. No puedes venir un día con trenzas, otro con una cola de caballo, y otro más con el pelo sin recoger." Ni siquiera terminó el retrato, por lo descontento que se sentía de su trabajo y tenía razón. ¡Pobre abuelo!
Sometimes, my father entrusted portraits of his children. I remember very well these posing sessions for this portrait that, maybe, is the only one that my grandfather painted of me. I remember also the dress that I wore. He got upset very often because I kept moving continuously and, if I showed up with different looks and dresses, he refused to continue. He told me: “You will let your grandmother know that if your father wants a nice portrait of you, she should comb you and dress you always the same way. You cannot come one day with braids, other with a ponytail, or with the hairs in the air.” He did not even finish the portrait, because of the dissatisfaction he felt about his work. And he was right. Poor grandfather!
Nano
Je sais pas si je te reconnaîtrais dans la rue avec ça!
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